Si bien la propuesta radica en la actualización del inventario de patrimonio, lo cierto es que el desafío nos invita a desarrollar el primer inventario de la región, en tanto nueva unidad territorial y administrativa. Nuestra propuesta busca aportar una metodología participativa abriéndose a las voces ciudadanas, así como de actores claves dentro del ámbito de la cultura, el patrimonio y el paisaje, fundamentales para relevar aquellos elementos que hasta el momento sólo han sido valorados de forma local. 

 

A su vez, la ausencia de un inventario que aborde el territorio como región (ya que el inventario previo sólo lo aborda como provincia de la Región del Biobío y contaba con 51 elementos), y la posibilidad de sextuplicar la cantidad de inmuebles y áreas de valor (es decir, poder llegar a más de 300), dispone las condiciones necesarias para implementar una metodología de identificación orientada a destacar el estrecho vínculo entre el patrimonio cultural inmueble y el paisaje que lo compone, como una unidad integral, en permanente diálogo.

 

El estudio realizará un exhaustivo análisis histórico y contextual, crucial para otorgar un contexto a cada inmueble y área de valor, pero también, para configurar el relato que permitirá desarrollar cronológicamente la historia e identidades de la región. En ese entendido, nuestros criterios éticos y epistémicos abordarán al territorio en el reconocimiento de su diversidad cultural, considerando un enfoque de género y promoviendo una narrativa multidimensional  desde las herramientas teóricas metodológicas de los estudios culturales urbanos, la historia social y el marco histórico de la teoría de la arquitectura.